Las Vocaciones don de la caridad de Dios
…Esa dinámica, que responde a las
instancias del mandamiento nuevo de Jesús, se puede llevar a cabo de manera
elocuente y singular en las familias cristianas, cuyo amor es expresión del
amor de Cristo que se entregó a sí mismo por su Iglesia (cf. Ef 5,32).
En las familias, «comunidad de vida y de amor» (…), las nuevas
generaciones pueden tener una admirable experiencia de este amor oblativo.
Ellas, efectivamente, no sólo son el lugar privilegiado de la formación humana
y cristiana, sino que pueden convertirse en «el primer y mejor seminario de la
vocación a la vida de consagración al Reino de Dios» (…), haciendo descubrir,
precisamente en el seno del hogar, la belleza e importancia del sacerdocio y de
la vida consagrada. Los pastores y todos los fieles laicos han de colaborar
siempre para que en la Iglesia se multipliquen esas «casas y escuelas de
comunión» siguiendo el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret, reflejo
armonioso en la tierra de la vida de la Santísima Trinidad…
Benedicto XVI
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